lunes, 30 de junio de 2008

Viento en popa a toda vela

Este fin de semana ha tocado ponerse el gorro de marinero y echarse a la mar en un velero para ir hasta las islas columbretes desde el puerto de Valencia. No sabía que el lenguaje marinero era como si me hablara un japonés, es decir, que no me entero de nada, de modo que aquí reflejo un breve resumen a modo de cuaderno de bitácora en lenguaje llano para los no marinos.

Una vez que la tripulación (6 marineros y un patrón) hubo tomado posiciones en la embarcación, comenzó una travesía nocturna a motor desde Valencia que duró toda la noche, con una previsión de pequeña marejadilla que apenas se dejó sentir. El patrón nos metió un poco de miedo en el cuerpo y realizó alguno maniobra de despiste en plena noche que provocó el suspense de la tripulación (giro de 360º debido a un barco que tenía rumbo de colisión).

Sobre las 9:00 de la mañana del día siguiente arrivamos a las Columbretes donde pudimos pasar todo el día saciando nuestro apetito, tomando el sol, sesteando, haciendo snorkel, pisando erizos y practicando un poco de vela, aunque como equipo de vela dejemos un poco que desear. Por cierto, que sitio precioso para hacer snorkel, donde incluso desde el barco se podían ver muchísimos peces, aunque por ser un espacio natural protegido no pudimos tirar la caña para cenarnos alguno de los enormes meros que circulaban por allá.

A la mañana siguiente madrugamos diligentemente para partir hacia Valencia con el objetivo de llegar a tiempo para ver la final de la Eurocopa. Fue un viaje donde los mareos estuvieron a la orden del día debido a la marejadilla que sacudía el barco sin piedad. Después de tantas prisas por llegar a Madrid a ver el partido tuvimos que parar en Fuentidueña de Tajo para verlo por el atasco que se formó en la A-3 a la vuelta. Pero bueno, todo por ver ganar a España, que uno nunca sabe cuando volverá a ocurrir.

Aquí dejo una foto del amanecer con las islas de fondo. Si pincháis en la foto vais directamente al resto de fotos.





Después de todo esto, ya sé distinguir la proa de la popa, vavor de estribor y hasta sé como se llaman las velas (génova y mayor) pero todavía me quedan mil y una palabras que no había oído ni en esta vida ni en las anteriores. Tampoco me quedó muy claro eso de la velocidad de gps y de corredera, ni lo que son los obenques, pero bueno, la travesía estuvo divertida.

1 comentario:

jvader dijo...

Oye y eso que me ha contado un pajarito de que no te puedes sentar???


:)

Un abrazo