lunes, 29 de diciembre de 2008

La Ola

No suelo hablar mucho de cine, pero en esta ocasión me ha llamado mucho la atención el mensaje de esta película, La Ola (Die Welle).

Es una película alemana basada en hechos reales y que trata sobre los orígenes de los gobiernos totalitarios.

Todo comienza con una semana de clase que versa sobre los gobiernos autócratas. El primer día el profesor pregunta a toda la clase, ¿creeis posible que en Alemania vuelva a surgir un movimiento fascista que acabe en dictadura? La respuesta general de la clase es que los alemanes, más que nadie, han aprendido la lección y que no es posible algo así porque todo el mundo está muy sensabilizado con el tema (imagino que así es, ya que estudiarán esto en los colegios con bastante profundidad).

Sin embargo, a través de simples ideas como la disciplina, el sentido de grupo y el trabajo en equipo, solo pasan tres días y lo que en principio parecía una actividad entretenida y divertida desemboca en un movimiento descontrolado, que comienza por despreciar a todo aquel que no forma parte del grupo y que finaliza con consecuencias trágicas.

Es curioso el comportamiento social y lo importante que es estar integrado en un grupo para sentirse más importante, dando por hecho que por el único motivo de pertenecer a un grupo ya eres más que aquellos que no pertenecen. Algo así como, por ejemplo, la idea en la que se basan las grandes marcas comerciales como Nike o Adidas. Si llevas Nike molas más, pero si calzas otra cosa no vales nada. Todo esto nos lo tratan de meter en la cabeza desde pequeñitos.

Pero volviendo al tema de La Ola, lo que más impresiona es saber que está basada en hechos reales. Un profesor de historia de un instituto de Palo Alto en California, no tuvo respuesta a la pregunta de un alumno: ¿Cómo es posible que el pueblo alemán alegue ignorancia a la masacre del pueblo judío? En ese momento el profesor decidió realizar un experimento como el de la película, instituyendo un régimen de extrema disciplina en su clase, restringiendo sus libertades y haciéndoles formar una unidad. Los alumnos se entusiasmaron tanto que a los pocos días el profesor se vió obligado a acabar con el experimento antes de que se le fuera de las manos. Habían comenzado a espiarse unos a otros y a acosar a los que no querían unirse al grupo. Está claro que dándolse las condiciones propicias no estamos ni mucho menos a salvo de volver a vivir algo parecido.

1 comentario:

Justo Hidalgo dijo...

A finales de los años 60 se realizaron una importante cantidad de experimentos sociológicos que buscaban entender el porqué de algunos comportamientos humanos. El del instituto Cubberley, en Palo Alto, o el de la universidad de Stanford, liderado por el profesor Zambrano, son dos de los más conocidos. Tras los resultados obtenidos, se creó un código ético que evitara en el futuro estos experimentos.

Enhorabuena por tu blog, Fernando!!!

Justo