miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un mundo sin fin


Como es costumbre despues de leer un libro, dejo por aquí la opinión que me merece. En esta ocasión le toca el turno a Un Mundo Sin Fin, de Ken Follet, también conocido como la segunda parte del ya mítico los Pilares de la Tierra, aunque perfectamente se puede abordar este sin leer el anterior, ya que las historias no tienen relación una con otra. En este caso los famosos Jack y Aliena son antepasados lejanos que no intervienen en la historia.


Debo decir que tomé el libro con mucha ilusión, debido sobretodo al recuerdo de los Pilares de la Tierra, y podría decir que la primera parte del libro me tuvo enganchado, pero creo que el libro se hace un poco largo a partir de la segunda mitad. A los personajes ya les ocurren tantas desgracias y se enrevesan tanto las historias que en algunos momentos ya no sabes si estás leyendo un libro o viendo un culebrón. Lo que si tiene es un aire a la Catedral del Mar. Al fin y al cabo prácticamente toda la historia gira en torno a un pueblo y su priorato.

El número de personajes es bastante elevado y se me hizo necesario utilizar el milenario método del croquis para seguir la historia, sobre todo al principio cuando se van narrando historias diferentes y uno todavía no está familiarizado con tanto nombre. Y para muestra, ahí tenéis un esquema de relaciones, aunque debo decir que no está del todo completo (pereza a la hora de escribir algunos).




Por supuesto el final del libro no sorprende lo más mínimo a todo aquel que ya haya leído alguna vez un libro de Ken Follet (el malo malísimo acaba mal, chico con chica y todos felices). No importa lo mal que se puedan poner las cosas. Si uno lee a Ken Follet ya sabe lo que habrá en las últimas páginas.

No quiero desanimar a nadie a leer el libro, ya que en líneas generales me ha hecho disfrutar. Es solo que me gustaría que alguna vez cambiara el guión de estas historias.

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