Hace ya unos meses que hablaba sobre el Niño con el Pijama de rayas y el enfoque que se daba a la II Guerra Mundial y a los campos de concentración desde los ojos de un niño alemán. Pues hace un tiempo me aventuré a leer más sobre el tema y terminé con el Diario de Ana Frank entre mis manos. Debo decir que estremece bastante, especialmente por el modo de vida llevado durante casi dos años por los 8 habitantes de la Casa de Atrás y el trágico final, que aunque no se relata en el diario, todos conocemos.
Seguramente ya sabéis la historia de como esta niña se refugió en una guarida secreta con tan solo 13 años (junto a sus padres, su hermana y otras 4 personas) y que aguantó sin salir de ella hasta los 15 años, cuando fueron descubiertos y enviados a los campos de concentración. El diario, entre otras cosas, relata el horror de la guerra desde la mirada inocente de una niña que no alcanza a comprender los motivos del antisemitismo, los pensamientos de una adolescente que odia a su madre y siente adoración por su padre, el primer amor de Ana, los miedos a los bombardeos y disparos, los robos y saqueos nocturnos, la difícil convivencia con tanta gente en tan reducido espacio y durante tanto tiempo. Llaman la atención los pasajes relacionados con la comida y los rozes que surgen debido a ella. Las ansias de libertad y de volver a jugar en la calle, ver la luz del sol y regresar al colegio son las máximas aspiraciones de Ana. Que duro debe ser para una adolescente madurar en esas condiciones.
En definitiva es una historia triste y dura que muestra un pedazo de la historia del siglo pasado. Es recomendable leerla con buen estado de ánimo.
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